LeÓn, mas allá del barrio húmedo.

Justo antes de que terminara el año nos fuimos de ruta por León y alrededores. Una de las últimas veces que estuvimos allí fue de paso y sólo anduvimos por el barrio húmedo, queríamos ver y saborear más.

La ciudad es patrimonio histórico y monumental. Una visita esencial es la Catedral, aunque verla por dentro es complicado por los horarios de apertura al público. Rodeando la Catedral hacia la Puerta Castillo se admira la grandiosidad de esta obra y pequeños detalles que gustan a cualquiera.

Al llegar a la puerta y atravesarla, a la izquierda está la Casona de Puerta Castillo. Acaba de ser reformada y se ha convertido en el centro de interpretación de la historia de la ciudad. Muy cerquita está la Basílica de San Isidoro y la plaza de San Martín donde hay un montón de bares que como en todo León por cada consumición te dan una tapita rica: morcilla, cecina, patatas con diferentes salsas, picadillo, embutidos...

Desde allí se llega en un paseo a la Casa Botines construida por Gaudí, siendo una de las tres obras fuera de Cataluña junto al Palacio de Astorga y el Capricho en Comillas. En su origen fue un almacén comercial y residencia particular, y actualmente es la sede de un banco.

                    

Subiendo por la calle ancha, una calle peatonal, a la mitad hacia la derecha se va hacia la Plaza mayor. Los miércoles y sábados se monta un mercado con fruta, verduras, hortalizas, legumbres y embutidos . Además, en las calles que desembocan en la plaza se montan puestos de venta ambulante de ropa, calzado, bisutería y antigüedades.

Y después de tanto paseito, a recuperar fuerzas de nuevo. Al Barrio Húmedo de cabeza. Cuenta la historia que se llama así al no quedarte seco si lo visitas. Nuestros favoritos? El latino, que es un clásico por su ubicación en plena zona de la movida además por su relación calidad-precio. Y el Llar, un bar de siempre con ricas tapas.

Pues eso, el barrio húmedo es una gran excusa para descubrir León.